En invierno, cuando el frío atiza y el día se presenta oscuro, siempre apetece encontrar refugio, sentirse abrigado, cómodo, sea sólo o en buena compañía.
No requiere grandes aspavientos…, con la intención de estar, de sentirse a gusto, es más que suficiente. Si además logramos alcanzar un sabroso y placentero estado lleno de emoción, lo cotidiano se nos tornará mágico y sensual, extraordinariamente bello.
Por eso y mil razones más, hoy deseo regalaros la siguiente maravilla, a la luz de la luna, estando la mar en calma... y con la música como guía.
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Buenos días :me acabo de deleitar con esta preciosa música.Muchísimas gracias por compartirla.
ResponderEliminarAbrazos.
Es todo un placer, Bertha.
EliminarAgradezco sinceramente tu comentario (¡¡no todo está perdido en este mundo!!).
Recibe un fuerte abrazo y hasta pronto!!!
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¡¡Es maravillosa!!
ResponderEliminarDe lo que come el grillo...
Resulta estupendo compartir estas joyas con gente maravillosa.
EliminarBesicossss!!
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