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viernes, 25 de septiembre de 2015

Concierto de AXIVIL TRIO en imágenes

El pasado martes y dentro del festival 'Huesca Leyenda Viva', pudimos asistir a la actuación del grupo musical AXIVIL, esta vez en formato a trío.
Bajo el título "El príncipe y el hebreo, entre Huesca y Zaragoza", la formación nos deleitó con un rico surtido de canciones del medievo y del renacimiento, repertorio sefardí, cristiano, y andalusí.

Felipe Sánchez Mascuñano, María Altadill y Wafir S.Gibril

Aprovechando las prestaciones de mi nueva cámara fotográfica, aunque aun me encuentre en proceso de aprendizaje, quise inmortalizar distintos momentos de la actuación. Esta, a pesar del frío y del aire, se tornó mágica en el 'Claustro de la Iglesia de San Pedro El Viejo', un rincón bello y emblemático de la ciudad y del antiguo 'Reino de Aragón'.

Wafir Sheik Gibril (riq y duff)


María Altadill (canto)


Felipe Sánchez Mascuñano (vihuela de péñola y dirección)

El grupo Axivil nació en 1997 con la intención de recrear momentos y veladas musicales del pasado hispánico. Curiosamente, el nombre del grupo, dirigido por el músico e investigador manchego Felipe Sánchez Mascuñano, tiene mucho que ver con el título que eligieron para la actuación en Huesca:

En agosto de 1352, Juceff Axivil, un judío aragonés de la localidad de Borja, fue contratado para acompañar al Infante Juan de Aragón en un viaje entre Huesca y Zaragoza. Su misión era tocar la 'vihuela de péñola' para entretener la jornada del pequeño infante.

Así pues, el apellido de aquel músico judío de Borja resuena ahora con fuerza a través de ellos... (las vueltas que da la vida ¿verdad?).

Wafir Sheik Gibril 
(cantando una san'a andalusí acompañado del 'oud')


Wafir Sheik Gibril (ney)

Con Wafir coincidí en 1995, creo recordar, y de vez en cuando nos vimos en años posteriores (junto a Faín S.Dueñas o Eduardo Paniagua), pero la verdad es que hacía mucho tiempo de aquello y la otra noche apenas me reconoció hasta que decidí descubrir mi famosa trenza... jejeje.

 María Altadill (canto)

Felipe Sánchez Mascuñano (laúd y dirección)

A favor de los músicos, manifestar nuestra gratitud por su 'saber estar', pues el frío de estas noches ayudan a que este tipo de instrumentos se desafinen con frecuencia, que las partituras vuelen al compás libre del aire, se enfríen las cuerdas vocales... aspectos difíciles de llevar cuando se está en directo ante el público.

Instrumentos después del concierto:
darbukka, viola, duff, ney y varios riqs

Instrumentos después del concierto:
laúd, guiterne (o guitarra antigua) y vihuela de péñola

AXIVIL (Web oficial)

AXIVIL (facebook)

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lunes, 14 de septiembre de 2015

Las cantigas de amigo de Martín Códax (s.XIII) interpretadas por Cálamus

No olvido la primera publicación de Cálamus, grupo de 'música antigua' integrado por Eduardo Paniagua, Rosa Olavide, Luis Delgado, Carlos Paniagua y Begoña Olavide. Un elenco de músicos que, como solistas o con distintas formaciones, continuan realizando trabajos muy diversos e interesantes.


Este disco, grabado en el Monasterio de la Sta Espina de Valladolid en el verano de 1991, recopila obras de dos bellos repertorios: "Música Arábigo-Andaluza" de los siglos XIII-XIV y las "Cantigas de Martín Códax" que hoy os invito a escuchar.



Rosa Olavide, en el libreto interior del disco, 
nos habla así de estas cantigas de amigo:

A finales del siglo XV, o a principios del XVI, un inteligente humanista italiano, Angelo Colocci, dispuso en Roma la copia de varios poemas que desde la Baja Edad Media y por caminos que no nos es dado conocer, llegaron a sus manos. Estas compilaciones, denominadas Cancionero de la Vaticana y Cancionero de la Biblioteca Nacional de Lisboa (antes de Colocci Brancuti), se editaron respectivamente en 1875 y 1880.



En aquellos cancioneros, además de cantigas de amor y cantigas de escarnio, aparecen magníficos cultivadores de las cantigas de amigo. Entre estos poetas, Martín Códax, presente en ambos cancioneros, es autor de un precioso poemario compuesto por siete mágicas canciones amorosas.
A través de estos cancioneros, se pudo conocer los textos de estas siete cantigas de amigo.



Pero un día, en 1917, cayó en manos del librero madrileño Pedro Vindel, un códice del "De Officiis" de Cicerón que estaba encuadernado con un pergamino que contenía las siete cantigas de amigo del trovador Martín Códax, y además, seis de ellas tenían notación musical.
Hasta el día de hoy, este pergamino es el único testimonio directo conocido de la música de las cantigas galaico-portuguesas. Actualmente se conserva en la Biblioteca Morgan de Nueva York.

Cantigas de Martín Códax
(Manuscrito de Vindel) 

Nada sabemos de la vida del trovador Martin Códax. Parece que escribió estos poemas en el siglo XIII, y a falta de otros datos, podría sugerirse Vigo como patria del autor, puesto que esta ciudad (y únicamente ésta), en aquel tiempo una aldea marinera, es mencionada una veintena de veces en este poemario.



Sólo nos ha quedado de Martin Códax estas siete cantigas, escritas dentro de las coordenadas del código del paralelismo y del leixaprén. No sabemos si se adentró en otros géneros ni si escribió otras cantigas de amigo, pero lo cierto es que en las tres fuentes de que disponemos sólo aparecen las siete cantigas, y aparecen en el mismo orden.
¿Cabría considerar estos siete poemas como un corpus cerrado?. Si así fuera, tendríamos que acercarnos a las cantigas de Martín Códax como a una pequeña historia de amor, contada por una muchacha enamorada, que nos va sugiriendo en cada capítulo su dolor por la ausencia del hombre amado, su alegría por un próximo encuentro, su necesidad de confidencias a su madre y amigas, o el desasosiego por la tardanza de su amor.

Luis Delgado, Eduardo Paniagua, Rosa Olavide,
Begoña Olavide y Carlos Paniagua en 1991.

La enamorada comienza y cierra este pequeño relato interrogando a las olas del mar, y esta inquietante presencia del agua, fundamental en cuatro de las siete cantigas, parece estar cargada de una simbología amorosa a la que incluso hoy, después de tantos siglos, no podemos sustraernos.



En cuanto a las melodías, aparte de su condición importantísima de únicas supervivientes entre las cantigas profanas galaico-portuguesas de la Edad Media, hay que destacar su carácter marcadamente tradicional. Martin Códax fue un compositor culto, y sus canciones son de género culto, pero sin duda participaba del alma de su pueblo, y halló una fuente viva de inspiración en el sentir de las gentes de su tierra. Ese lirismo, ese sentimiento apretado y esa melancolía que impregna los cantos que nos legó, podemos encontrarlo todavía hoy en algunas melodías tradicionales gallegas.



Las cantigas de Martín Códax han encendido una luz en ese desconocido mundo de la música hispánica profana de la Edad Media, y cabe aventurarse a establecer a través de ellas una conexión entre las canciones de los trovadores y las que en España cantaban árabes y judíos.



Las seis cantigas con notación tienen una melodía muy sencilla, con un esquema muy simple; el primer verso inicia el tema melódico; se repite el tema con alguna variante dejando la cadencia en suspenso, y se pasa al estribillo que contiene fragmentos del primer verso, de modo que se crea una especie de concatenación de pequeños motivos, que pasan de un verso a otro de la estrofa, de la estrofa al estribillo, y vuelven al comienzo.

Cantigas de Martín Codáx
(Manuscrito de Vindel)

Las cantigas de Martín Códax están escritas en notación cuadrada, con ligaduras parecidas a las de las Cantigas de Santa María de los códices de El Escorial. Hemos respetado en la interpretación el orden de los textos que aparece en las tres fuentes. En la cantiga número seis, la única sin notación, hemos hecho una "contrafacta" con la música de la cantiga 330 de Alfonso X "El Sabio".

(Rosa Olavide, 1991)
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Eduardo Paniagua (facebook)
Luis Delgado (facebook)
Begoña Olavide (facebook)
Carlos Paniagua (facebook)

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martes, 1 de septiembre de 2015

El mundo en miniatura (si el mundo fuera una aldea de 100 personas)

Engullidos por la borágine de un sistema que nos empuja sin calma, necesitamos reflexionar permanentemente valorando aquello que de verdad importa en nuestras vidas. Difícil tarea, según se mire, dado el esfuerzo que ésto supone en un medio tan hostil y zumbado como éste.


Las sensibilidades humanas están maltrechas bajo la maleza de una globalización unidireccional aplastante, siendo el dinero quien impone las reglas de un 'juego' que nos afecta a tod@s.
Las desigualdades sociales y económicas van en aumento, también los extremismos dogmáticos y la ausencia de la razón, y el mundo sigue siendo un 'jugoso plato' para los más poderosos...


Ahora supongamos que, respetando a toda la humanidad, redujésemos el mundo a una aldea de 100 personas...
¿En qué se convirtiría?
¿Qué otras realidades saldrían a la luz?
El proyecto "The Miniature Earth" (el mundo en miniatura) fue publicado por primera vez en 2001. Desde entonces las estadísticas han sido actualizadas basándose en publicaciones especializadas e informes sobre la población mundial, creados por Naciones Unidas, PRB.org y otras muchas fuentes.
Hay que tener en cuenta que son sólo estadísticas y, en consecuencia, se producen cambios en meses o en años. Sin embargo, os invito a descubrir esta aldea que es el mundo.


"Si el mundo fuera una aldea de 100 personas"



Siempre estamos a tiempo para hacer mejor las cosas ...

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